En el deporte de la escalada junto al rendimiento y la constancia va unido el buen manejo de los materiales. Es precisamente esto lo que suele frenar a muchas personas a realizar sus objetivos, tanto por el desconocimiento del riesgo como por el desgaste que conllevan las maniobras técnicas de progresión.

Es aquí donde entra en juego recibir un curso de escalada. A medida que conocemos la actividad necesitamos de unos conocimientos apropiados de seguridad y del medio que nos rodea.

¿Qué se consigue con esta formación?

Entorno: Conocer el lugar al que vas a escalar, acercamiento, interpretación de una pared, dónde ponerse mientras no se escala, cuidados con los compañeros, etc.

Eficiencia: Adquirir conocimientos que de forma autodidacta necesitarían años de práctica.

Base: Adquirir una base sólida para ir a escalar por tu cuenta.

Progresión: Sabrás evolucionar conforme a tus objetivos.